CALAMARES REBOZADOS
Los calamares rebozados son una de esas delicias que nunca fallan. Como tapa en un bar, en bocadillo con un poco de mayonesa, o simplemente con unas gotas de limón, siempre resultan irresistibles. Su sabor a mar y su textura bien lograda los convierten en un clásico de la cocina mediterránea.
En esta receta fácil te enseñamos a conseguir ese equilibrio perfecto: una fritura crujiente por fuera y una carne tierna y jugosa por dentro. A diferencia de algunas versiones que quedan duras o aceitosas, aquí aprenderás trucos clave para que salgan espectaculares.
Además, esta preparación no requiere ingredientes complicados ni técnicas difíciles. Con unos buenos calamares, una mezcla sencilla para el rebozado y un aceite en su punto justo, tendrás un plato de calidad en muy poco tiempo.
También es una receta muy versátil. Puedes servir los calamares como aperitivo, como segundo plato o convertirlos en el relleno estrella de un bocadillo. De cualquier forma, son un acierto seguro que gusta tanto a niños como a adultos.
En resumen, si quieres disfrutar de unos calamares rebozados de verdad, crujientes y sabrosos, esta receta te va a encantar. Sigue leyendo y verás lo fácil que es triunfar con este plato tan nuestro.
INGREDIENTES DE LA RECETA
- 1 calamar grande
- 1 huevo
- 50 ml de leche
- Sal
- Pan rallado
- Aceite para freír
PREPARACIÓN DE LA RECETA DE CALAMARES REBOZADOS
Esta receta tan fácil, la podemos preparar con calamar, o cualquier otro cefalópodo parecido, como pota o sepia, según encontremos en el mercado.
Limpiamos bien el calamar, desechando sus tripas y la cabeza, nos quedamos solo con las patitas y el cuerpo.
Cortamos en rodajas o tiras, según nos apetezca o dependiendo del tamaño de la pieza, como nos sea más cómodo.
En un bol, batimos el huevo, le ponemos una pizca de sal al gusto.
Agregamos la leche y mezclamos hasta integrar por completo.
Vamos a secar bien nuestros trozos de calamar, bien con papel de cocina o con un trapo.
Cuando estén bien secos, los introducimos en el bol con el huevo.
Los vamos a dejar reposar ahí, durante aproximadamente media hora.
Los amantes de la pimienta negra, le podéis añadir un poco a la hora de batir el huevo.
En un plato hondo, ponemos el pan rallado.
Iremos sacando cada trozo de calamar y pasando por el pan rallado.
Es muy importante que se impregne bien de pan rallado por completo, así a la hora de freír quedará estupendo.
Freímos por tandas, en aceite caliente, a fuego medio alto.
No pondremos demasiados trozos a freír de una vez.
Si disponemos de freidora, mucho mejor.
El fuego no debe estar muy bajo, porque nos quedarán bastante aceitosos.
Tampoco demasiado fuerte, porque se quemará el pan, antes de terminar de cocinar el calamar.
Servimos así calentitos acompañados de alguna salsa o rociamos con limón.
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