MERMELADA DE TOMATE CASERA
¿Estás en busca de una receta de mermelada de tomate casera que sea tanto deliciosa como fácil de hacer?
No busques más, porque tenemos la receta perfecta para ti. En este artículo, te guiaremos paso a paso para crear una mermelada de tomate que te hará agua la boca. Nuestra receta utiliza ingredientes frescos y sencillos que seguramente encontrarás en tu despensa.
Con un equilibrio perfecto entre lo dulce y lo ácido, esta mermelada es ideal para disfrutar en el desayuno con unas crujientes tostadas, como complemento en sándwiches gourmet o incluso como aderezo para platos salados.
En nuestra receta, utilizamos tomates maduros, azúcar, jugo de limón y una pizca de sal para realzar los sabores. Si deseas darle un toque extra de sabor, puedes agregar un poco de canela en polvo o jengibre en polvo, dos especias que combinan maravillosamente con el sabor natural del tomate.
No solo es deliciosa, sino que hacer tu propia mermelada de tomate casera te brinda la satisfacción de saber exactamente qué ingredientes estás usando, evitando aditivos y conservantes innecesarios que se encuentran en las versiones comerciales.
En este artículo, te proporcionaremos instrucciones detalladas para cada paso del proceso, desde la preparación de los tomates hasta el envasado de la mermelada en frascos esterilizados. También te daremos algunos consejos útiles para obtener la consistencia perfecta y cómo almacenar tu mermelada para que puedas disfrutarla durante más tiempo.
Prepárate para impresionar a tus seres queridos con esta exquisita mermelada de tomate casera. ¡Sigue leyendo para descubrir cómo hacerla y añade un toque especial a tus desayunos y comidas!
INGREDIENTES
- 1 kg de tomates maduros
- 500 g de azúcar
- 1 limón (el jugo)
- 1/2 cucharadita de canela en polvo (opcional)
- 1/2 cucharadita de jengibre en polvo (opcional)
- 1/2 cucharadita de sal
PREPARACIÓN
Lava los tomates y retírales el pedúnculo. Luego, corta los tomates en trozos pequeños.
En una olla grande, coloca los tomates cortados y añade el azúcar, el jugo de limón y la sal. Si deseas, también puedes agregar la canela y el jengibre en polvo para darle un toque de sabor adicional.
Cocina la mezcla a fuego medio-alto, revolviendo constantemente para evitar que se pegue en el fondo de la olla.
A medida que los tomates se cocinan, comenzarán a soltar líquido y la mezcla se volverá más líquida.
Reduce el fuego a medio-bajo y continúa cocinando la mezcla, revolviendo ocasionalmente, durante aproximadamente 1 hora o hasta que la mermelada tenga la consistencia deseada.
Ten en cuenta que la mermelada se espesará aún más al enfriarse, así que no es necesario cocinarla demasiado tiempo.
Durante la cocción, puedes utilizar una cuchara de madera para aplastar los trozos de tomate y obtener una consistencia más homogénea si lo prefieres.
También puedes utilizar una batidora de mano o licuadora para triturar los tomates antes de cocinarlos si deseas una textura más suave.
Una vez que la mermelada haya alcanzado la consistencia deseada, retira la olla del fuego y deja que se enfríe un poco.
Luego, vierte la mermelada caliente en frascos esterilizados y sella herméticamente.
Para esterilizar los frascos, lávalos bien con agua caliente y colócalos en una olla grande con agua hirviendo durante unos minutos. Asegúrate de que los frascos estén completamente sumergidos en el agua.
Una vez que los frascos estén sellados, déjalos enfriar completamente a temperatura ambiente. A medida que la mermelada se enfría, crearán un vacío que ayudará a conservarla.
Ahora tienes una deliciosa mermelada de tomate casera para disfrutar en tus tostadas, panes o incluso como acompañamiento en platos salados o quesos.
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