POLLO EN SALSA DE VINO BLANCO
Descubre cómo preparar un exquisito pollo en salsa de vino blanco sin necesidad de usar el horno. Esta receta te sorprenderá con su combinación de sabores irresistibles y su facilidad de preparación.
En esta deliciosa receta, piezas de pollo tiernos y jugosos se sumergen en una salsa de vino blanco que le aporta un toque de sofisticación y elegancia. El vino blanco realza el sabor del pollo y se fusiona con otros ingredientes aromáticos para crear una salsa rica y sabrosa.
Lo mejor de todo es que no necesitarás un horno para disfrutar de este plato gourmet en la comodidad de tu hogar.
En pocos pasos y con ingredientes fáciles de conseguir, podrás deleitar a tus comensales con una receta digna de un restaurante de alta cocina.
Deja que el pollo se cocine a fuego lento en la salsa, permitiendo que los sabores se mezclen y se intensifiquen. Mientras tanto, el aroma embriagador del vino blanco impregnará tu cocina, creando una experiencia culinaria inolvidable.
Una vez que el pollo esté cocido a la perfección y la salsa haya reducido, estarás listo para disfrutar de un plato principal digno de ser servido en cualquier ocasión especial.
Acompáñalo con una guarnición de tu elección, como patatas fritas, arroz, puré de patatas o verduras al vapor, y tendrás una comida completa y equilibrada.
Con esta receta, no solo sorprenderás a tus invitados con un plato gourmet, sino que también te permitirá ahorrar tiempo y esfuerzo al no tener que utilizar el horno. Además, su versatilidad te brinda la oportunidad de experimentar con diferentes variaciones de ingredientes y añadir tu toque personal.
Así que, si estás buscando una receta fácil, rápida y llena de sabor, no busques más. Prepara este pollo en salsa de vino blanco sin horno y déjate llevar por una experiencia culinaria que impresionará a todos los paladares. ¡No te arrepentirás de probar esta deliciosa creación en tu propia cocina!
INGREDIENTES
- 1 pieza de pollo por persona
- 1 cabeza de ajo
- Zumo de medio limón
- 1 pastilla de caldo de pollo
- 1 vaso de vino blanco 250 ml
- 150 ml de aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra molida
PREPARACIÓN
Preparamos el ajo, usamos una cabeza entera, extraemos los dientes de ajo, los vamos a usar con su piel. Puedes aplastarlos un poco, o hacer cortes con un cuchillo para conseguir un extra de sabor.
Salpimentamos cada pieza de pollo y las tendremos un rato hasta que estén a temperatura ambiente.
Vamos a sellar las pieza de pollo.
En una sartén muy caliente, con unas gotas de aceite, colocamos cada pieza de pollo un minuto por cada lado.
Queremos que se doren pero solo por fuera.
Si las piezas son grandes, es mejor hacerlo de una en una, para no perder temperatura en nuestra sartén.
Cuando las tengamos todas, las reservamos.
En la misma sartén que hemos sellado el pollo, ponemos el aceite de oliva a calentar y agregamos los dientes de ajo.
Los vamos a dorar un poco, pero con cuidado, sin que lleguen a quemarse.
Cuando estén, volvemos a colocar el pollo, ahora sí, todo de una vez.
Añadimos la pastilla de caldo de pollo, disuelta en el zumo de medio limón.
Ponemos el vino blanco, cocinamos un poco, hasta que evapore el alcohol y tapamos.
Cocinamos a fuego medio, de quince a veinte minutos aproximadamente.
Pasado ese tiempo damos la vuelta a todas las piezas y cocinamos tapado, quince minutos más aproximadamente por este lado.
El tiempo de cocción va a depender del tamaño de las piezas y de la potencia de nuestro fuego.
Cuando vamos que el pollo ya está bien hecho, retiramos del fuego y podemos servir.