YOGUR GRIEGO CASERO RECETA FÁCIL

Si buscas una receta de yogur griego casero fácil y delicioso, esta guía es perfecta para ti.

Con solo unos pocos ingredientes básicos, podrás hacer un yogur natural, espeso y cremoso desde la comodidad de tu hogar.

Esta receta de yogur griego casero te permitirá disfrutar de un producto más saludable, sin conservantes ni azúcares añadidos.

Además, al hacerlo en casa, tendrás el control total sobre la textura y el nivel de acidez, ajustándolo a tus preferencias.

Es una opción ideal para incluir en desayunos, meriendas o postres. Puedes combinarlo con frutas frescas, miel, frutos secos, granola o incluso usarlo como base en recetas saladas como salsas o dips.

Sigue este paso a paso sencillo y sorpréndete con lo fácil que es obtener un yogur cremoso y delicioso.

INGREDIENTES PARA LA RECETA DE YOGUR GRIEGO CASERO

• 1 litro de leche entera (puedes usar semidesnatada o desnatada, pero la entera da mejor consistencia)
• 2 cucharadas de yogur natural sin azúcar (puede ser comercial, pero asegúrate de que contiene fermentos activos)
• (Opcional) 2-3 cucharadas de leche en polvo (para hacerlo más espeso)

PREPARACIÓN DE LA RECETA DE YOGUR GRIEGO CASERO

Vierte el litro de leche en una cacerola y caliéntala a fuego medio hasta que llegue a unos 85°C (justo antes de hervir). Remueve de vez en cuando para evitar que se pegue o se queme.

Si no tienes termómetro, puedes observar cuando empiecen a aparecer burbujas en los bordes y la leche esté a punto de hervir.

Retira la cacerola del fuego y deja que la leche se enfríe hasta que alcance unos 45°C. Es importante que no esté muy caliente para que los fermentos no se mueran.

Si no tienes termómetro, un truco es tocar la leche con el dedo limpio; debe sentirse cálida pero no quemarte.

En un recipiente aparte, mezcla el yogur natural con un poco de la leche tibia, revolviendo bien para disolverlo.

Vierte esta mezcla en la cacerola con el resto de la leche y remueve hasta que quede todo bien integrado.

Cubre la cacerola con una tapa y envuélvela con una manta o toalla gruesa para mantener el calor.

Deja reposar en un lugar cálido durante 8-12 horas, o incluso toda la noche, hasta que el yogur espese. El tiempo depende de la temperatura ambiente, pero cuanto más tiempo, más espeso y ácido será el yogur.

Una vez que el yogur haya cuajado, viértelo en un colador forrado con una tela fina o gasa, colocado sobre un bol para recoger el suero.

Deja escurrir el suero entre 2 y 4 horas, dependiendo de cuán espeso lo quieras.

Transfiere el yogur griego a un recipiente hermético y guárdalo en la nevera. Durará unos 4-5 días.

Puedes comerlo solo o añadirle frutas, miel, frutos secos o lo que prefieras.